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De nuevo, recibimos una mala noticia que nos llena de tristeza e indignación a todos los investigadores, naturalistas y voluntarios que trabajamos o colaboramos con LIFE Bonelli: la electrocución de uno de los ejemplares de un proyecto al que tantos esfuerzos estamos dedicando y sobre el que tantas esperanzas tenemos puestas. Esta vez la víctima ha sido "Oteo", precioso macho de águila de Bonelli introducido en 2015 en la Montaña Alavesa.

 

Recogida del cadáver de 'Oteo' por Agentes de Medio Ambiente de Málaga y Fernando de la Cruz.

 

Oteo” nació el 24 de abril en el centro de cría en cautividad que Jean-Claude Mourgues dirige en el departamento francés de Ardèche. Fue introducido el 16 de junio en el Valle de Kampezu (Álava), junto a “Soila”; una hembra de águila de Bonelli nacida el 25 de abril en otro centro de cría en cautividad francés colaborador de LIFE Bonelli, el dirigido por Christian Pacteau en el departamento de Vendée.

La aventura de "Oteo" empezó en la madrugada del día 24 de junio cuando, con tan sólo 61 días, saltó del nido que compartía con "Soila". Desde ese día nos fue sorprendiendo a todos los que disfrutábamos siguiéndole. Fueron momentos inolvidables viendo cómo aprendía a volar, a protegerse de los depredadores, a localizar la comida que le dejábamos y a elegir posaderos seguros para dormir. Cuando 12 días más tarde voló "Soila", nos emocionó ver como "Oteo" compartía con ella las cebas y cómo, poco a poco, fueron aprendiendo a enfrentarse al medio, no siempre benévolo. Pudimos ver cómo sus juegos y persecuciones les iban preparando para la hazaña de convertirse en águilas de Bonelli.

Ese día llegó y nos dimos cuenta de ello al comprobar que los abejeros temían a "Oteo", los córvidos mantenían las distancias y los buitres le esquivaban. Durante los más de cien días que estuvo en la Montaña Alavesa nos regaló muchos momentos inolvidables que siempre permanecerán en nuestra memoria. La estancia en su “territorio natal” cumplió la primera de sus misiones, llenarle de confianza y prepararle para la vida libre y salvaje antes de iniciar su dispersión juvenil.

La tarde del 6 de octubre "Oteo" inició un viaje con dirección sur que le llevaría, la mañana del 10 de octubre, hasta el Embalse del Conde de Guadalhorce (Ardales, Málaga). En los tres días que empleó en su periplo recorrió la Península de norte a sur. Voló sobre La Rioja, Soria, Guadalajara, Madrid, Toledo, Ciudad Real, Córdoba y, al fin, el sur de Málaga. "Oteo", de nuevo, nos sorprendía. Su dispersión se parecía más a una “migración hacia el sur”. La determinación con la que realizó su viaje dispersivo era comparable a la que había hecho gala en su aprendizaje en el territorio de cría.

Desde entonces, tal como había hecho en Álava, "Oteo" conquistó el corazón de ornitólogos, fotógrafos y responsables medioambientales malagueños, que, desinteresadamente, se entregaron a su seguimiento. Gracias a ellos hemos estado informados de cada observación, de cada foto que le hacían y día a día nos fueron trasmitiendo la preocupación que sentían viendo cómo utilizaba las torretas de los tendidos eléctricos como posaderos.

La electrocución de "Oteo" se produjo el día 1 de diciembre en un apoyo de derivación de una línea eléctrica que pasa por la vega del río Guadalhorce, cerca de la ciudad de Málaga. Su muerte nos ha sumido en la tristeza y nos ha llenado de indignación a todos los que lo habíamos seguido durante meses. Para los que estamos trabajando en este proyecto, la muerte de "Oteo" nos trae a la mente la electrocución en los últimos cuatro años de otras águilas de Bonelli: "Jota", "Xaloc", "Bosc", "Calais", "Daimiel", "Escorial", "Torvisco", "Jara", "Romero", "Argonne"... El recuerdo de todas ellas nos llena de indignación. Aunque hoy seguimos luchando para poner un granito de arena en la recuperación de esta especie, no queremos caer en la autocomplacencia de creer que nuestro trabajo está solucionando los problemas que las águilas de Bonelli tienen con los tendidos eléctricos.

Es triste reconocer que la desaparición de "Oteo" no sirve de nada. Nada nuevo vamos a aprender de las circunstancias de su muerte. Hace ya muchos años que ornitólogos, empresas eléctricas y administración sabemos que nuestras águilas se mueren electrocutadas en Álava, en Navarra, en Aragón, en Madrid, en Mallorca, en Cataluña, en Extremadura, en Castilla-La Mancha, en Andalucía… Aunque se ha avanzado mucho, al menos en normativa, estamos todavía muy lejos de paliar esta lenta e inexorable sangría de águilas de Bonelli muertas por electrocución en toda España.

Pero aunque su muerte no nos haya enseñado nada nuevo, la corta vida de "Oteo" sí nos ha enseñado mucho. Todavía nos ilusiona comprobar que esta joven águila de Bonelli ha conseguido que muchos alaveses y muchos malagueños nos hayamos emocionado con sus aventuras, nos hayamos volcado en su protección y nos hayamos entregado a su seguimiento. Todos los que han conocido a "Oteo" lo han admirado, se han involucrado en la problemática de su especie y se han entregado incondicionalmente al objetivo de recuperar la población de águila de Bonelli en Europa. Desde aquí os damos las gracias a todos. 

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